miércoles, 20 de octubre de 2010

HISTORIA AFROCOLOMBIANA
Durante casi dos siglos, la historia que se enseñó en las instituciones educativas desconocía por completo los aportes y los logros de los afrocolombianos. En los textos de enseñanza sólo se decía que venían de Africa como esclavos y que hoy en día habitaban las zonas más pobres del país. Sin embargo, la historia del pueblo afrocolombiano es tan larga y compleja como la de su propio país. Desde las primeras rebeliones, su colaboración (y resistencia) a la causa libertadora, el esfuerzo por crear el Departamento del Choco como entidad autónoma, hasta el establecimiento de la Cátedra Afrocolombiana y el reconocimiento del Palenque de san basilio como Patrimonio de la humanidad, sus logros y sus luchas han sido tan continuas como invisibilizadas.

Llegada del Negro al Chocó

La esclavitud no era algo nuevo para los fundadores españoles. Desde hacia muchos años en Europa existía la esclavitud, así que los españoles estaban acostumbrados a este sistema de comprar y vender seres humanos. Sin embargo solo después de 1600 los esclavos empezaron a ser importados en gran escala. Entre los primeros pedidos de esclavos, tal vez el primero en el Chocó, se encuentra una carta de Novita escrita en 1590, que dice:
"En la gobernación muy rica, todo el oro y no le faltaría la plata si tuviese brazos que la meneasen, el oro se halla en ríos, en criaderos, en peladeros, en vetas. Suele hacer tropezones riquísimos, es grande la suma de oro que se ha sacado de esta provincia, porque toda ella está milagrosamente lastrada de oro y no hay río ni quebrada que no lleve buen oro y de seguir. Por ser tierra caliente y los indios bebedores y por otras causas han faltado, de manera que en cien lenguas no hay diez o doce mil indios y estos están en Popayán, Cali y Pasto por ser tierras con climas benignos, de manera que Novita, Neguá y Bebará son muy faltos de indios y se va la tierra a acabar a más andar, por que ya en lo de Lloró y Citará se encuentra despoblado y así se entiende; los indios se acabaran muy pronto. Tienen un adversario grande que es la gente de guerra que come carne humana, que baja a pelear y comer a los muertos de paz, no sin grande afrenta de los españoles. A esta causa la tierra está despoblada e inhabitable, porque hay tigres, osos, leones que también hacen sus saltos en indios. Respuesta: no hay otro medio para sacar un tesoro tan grande como lo hay en el Chocó sino procurar poblarle con negros cazados en colonias que aunque sean esclavos han de ser ascripticios a los metales en forma de pueblos, de que resultará un provecho muy grande sin daño de nadie en útil de todos.
Los negros no reciben agravios porque les será muy útil a los míseros sacarlos de Guinea, de aquel fuego y tiranía y barbarie y brutalidad en donde sin ley ni dios viven como brutos salvajes, llevados a tierra mejor sana, para ellos abundante, alegre, para que mejor se conserven y vivan en policía y religión, de que conseguirán muchos bienes temporales, y lo que más estimo, espirituales: que porque la nación de los negros es muy capaz de ellos, será sumo beneficio, si se les considere, en injuria denegándoles. Y en ese discurso lo menos es el interés de la población y cultivar las minas con lo que se pretende del útil de los negros mismos, cuyos tutores, como sean los reyes cristianos de Portugal, deben atender al pro y útil universal suyo, por ser estos ignorantes, tanto necesariamente se les ha de proveer de estado temporal y espiritual, en que me allego al voto de don Francisco Jiménez en lo que el Reino de Granada, y como ignorante no haga escrúpulo de sacar como quiera negros y guineas para los cristianos; y como va cristiano un negro me alegro con San Pablo, aunque sea la servidumbre la ocasión, y tengo la por dichosa cuando acarrea al racional tanto la felicidad que se le pone en camino la salvación, y aunque el hombre es siervo y esclavo ofende las orejas pías este negocio, con beneficio de las leyes de la partida y con igualdad de la justicia castellana, se ha mudado de manera que ser esclavo es como lujo, como compañero y familiar que se le hace sumo beneficio al que le da la ley, amo y padre y señor.
Y ya no había de ser favorable la libertad entre nosotros cuando esta ha vuelto en daño de los hombres que fueron esclavos que, careciendo de amo y patrón, mueren viviendo y con sumas necesidades, viviendo a suma miseria y pobreza mayor que la que tuvieran en la servidumbre si en ella perseverara, de que resuelvo cuan poco escrúpulo hay si doy orden de que sean estos bien tratados y sea como compañía entre el dueño y otros, donde ellos pongan el sudor y manos y ejercicio tolerante y moderado, y el amo los instrumentos, y el oro que se sacaban sirva para el sustento, vicio."
 NEGRO CIMARRON
En Latinoamérica, se llamó cimarrón a los esclavos rebeldes, algunos de ellos fugitivos, que llevaban una vida de libertad en rincones apartados de las ciudades o en el campo denominados palenques o quilombos. Posteriormente, en Cuba se adoptó preferiblemente el vocablo jíbaro para definir los cimarrones. Parece también que la palabra cimarrón no se empleó casi nunca con los indios fugitivos.

 DANZAS AFROCOLOMBIANAS
EL CHANDÉ:

Ritmo y danza con raíces africanas. Su esencia se encuentra en la percusión, que se acompaña de palmoteos y coplas. Algunos lo definen como un baile cantado cuyo origen se encuentra en los rituales sacros y funerarios de los africanos.

* RITO LUMBALÚ (PALENQUE):

Cantos y danzas fúnebres que acompañan la velación de sus muertos, realizados en su lengua criolla. Se conjugan en distintas voces elementos recitativos, con cantos y golpes rítmicos acompañados por un tambor ritual llamado pechiche.


* LA CUMBIA:

La cumbia derivada de la voz de origen africano Cumbé, que significa jolgorio o fiesta, es el ritmo afrocolombiano por excelencia, el cual comenzó a manifestarse coreográficamente durante la importación española de esclavos negros africanos para trabajar en las plantaciones y por ende esta era una danza de recreación y de seducción de una raza esclava oprimida y marginada en la Colombia esclavista. La cumbia se baila con cadencia y giros de gran precisión entre las parejas, sus pasos son de 5 tiempos y hay gran polimorfismo de este baile a través de los países americanos. Es un baile popular en toda Hispanoamérica que poco a poco se abre camino entre los bailes de salón latinos más demandados en salones de baile y fiestas.

La cumbia es un baile sensual y erótico de mucho movimiento de parte del hombre, el cual representa al negro asediando a la mujer, la cual representa la india que con sus movimientos más suaves y sensuales se niega al cortejo. La mujer lleva un manojo de velas en lo alto las cuales sirven para alumbrar y defenderse del asedio del barón.

PALENQUES EN COLOMBIA

Desde los inicios del periodo colonial muchos esclavizados se volvieron cimarrones y conformaron pequeñas bandas en las montañas. De manera espontánea fueron tomando conciencia de grupo hasta que se convirtieron en apalencados y fundaron poblados autónomos llamados palenques. Estas comunidades agrícolas se ubicaron en sitios de difícil acceso protegidos por fortificaciones en forma de empalizadas y fosos escondidos, y defendidos por gente equipada con arcos, flechas y armas de fuego. En los reportes del gobernador de Cartagena, Gerónimo de Suazo, se menciona que cuando los soldados españoles lograban hallarlos para destruirlos, se encontraban con aldeas bien dispuestas en las que predominaban cultivos de maíz, gallinas y yuca.

Los palenques albergaban gentes de diversos orígenes africanos. El liderazgo político, militar y religioso fue una constante en este tipo de sociedades guerreras organizadas por grupos de edad, es decir, mediante un sistema que propendía por la reunión de todas las personas según sus años y su sexo. Esta forma de articular a la colectividad era una respuesta táctica a la necesidad de mantener en pie de guerra partidas de soldados dispuestos a defender el palenque.

El Palenque de San Basilio, situado a 60 km de Cartagena, es una comunidad de descendientes de cimarrones africanos del siglo XVII. Domingo Biohó fue el líder mítico cuya fiereza quedó plasmada en los reportes que los gobernadores de la Provincia de Cartagena enviaban a la Corona. Desde 1603, la fuga de esclavizados de la ciudad de Cartagena y sus alrededores inquietó a las autoridades. Los fugitivos no sólo partían con las herramientas de labranza y las armas de fuego, sino que fundaban pueblos en las ciénagas inaccesibles de la región. Desde sus fortalezas descendían al valle del río Magdalena para asaltar las embarcaciones que transportaban víveres, oro y todo tipo de mercancías. La guerra duró casi un siglo hasta que, en 1691, el rey de España optó por la negociación y les otorgó las tierras en las que habían levantado sus poblados.

Gracias a los documentos coloniales se sabe que los palenques de la costa Caribe, en especial los que estaban situados en los Montes de María, como el Palenque de San Basilio, tuvieron una economía de subsistencia basada en sementeras de yuca y maíz, y que establecieron contactos con los esclavizados de las haciendas vecinas, quienes les servían de intermediarios para cambiar pequeñas cantidades de oro extraído de las arenas auríferas de los ríos por medio de armas de fuego.

UBICACION DE LOS PALENQUES EN COLOMBIA

La documentación colonial muestra que desde muy temprano hubo palenques en la Península de La Guajira y en las gobernaciones de Santa Marta y Cartagena. En el siglo XVI esta última contó con asentamientos de fugitivos ubicados en los alrededores de los pueblos de San Sebastián de Buenavista, Tofeme en el partido de Tolú y la barranca de Malambo. Estos palenques estaban densamente poblados.

En el siglo XVII el inconformismo de los esclavizados aumentó y los palenques se multiplicaron. En la Provincia de Cartagena fueron numerosos. Estaban diseminados a lo largo y ancho del territorio, ocupando el norte, centro y sur de la provincia. En el norte, la actividad se concentraba en la Sierra del Luruaco, donde tenían gran influencia los poblados rebeldes designados con los nombres de Betancur y Matuberé.

En el centro, las comunidades cimarronas de San Miguel y El Arenal, situadas en las estribaciones de la Sierra de María, eran reconocidas por su larga tradición de rebeldía y porque contaban con más de doscientos cimarrones cada una. En el sur, los asentamientos de Cimarrón y Norosi se establecieron en la Serranía de San Lucas y ejercieron su dominio en los territorios situados entre los ríos Magdalena y Nechí. Tanto en estos como en los del centro convivieron criollos y deportados africanos de diversos orígenes.

En el siglo XVIII los palenques se situaron a lo largo de los valles formados por los ríos Cauca y Magdalena. Un buen ejemplo lo constituye El Castigo, ubicado en el suroccidente del virreinato de Santa Fe, que congregó a más de cuatrocientas familias asentadas en dos poblados estables, y que basaban su subsistencia en una economía estacional.

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